Habrán pasado unos nueve años, pero recuerdo perfectamente aquel día.
Entonces yo vivía en Londres y como tantos españolitos inmigrantes, trabajaba en una famosa cadena de cafeterías.
Era el turno de mañana y como todos los días pasaban por allí a tomarse o recoger su café mañanero muchas personas que trabajaban por los alrededores de la tienda, situada en una zona muuuuy céntrica y turística.
Me encontraba yo detrás de la barra haciendo cafés a la velocidad del rayo cuando vi en la cola a uno de nuestros regular customers, tres o cuatro personas por detrás del cliente al que estaba sirviendo.
Era un inglés bastante nice que trabajaba en unos famosos grandes almacenes cercanos y con el que siempre tenía oportunidad de practicar el idioma properly.
Medium capuccino to drink in, pensé nada más verle ---with a lot of chocolate on the top.
Me caía muy bien este cliente. Siempre sabía lo que quería cuando le tocaba pedir, no daba nada el follón y no marraneaba la tienda. Si has trabajado en hostelería sabrás que este tipo de clientes se agradecen mucho.
Como te contaba, era un tipo nice y siempre sonreía dando los buenos días. Discreto y con buena onda. Pero aquel día, algo me llamó la atención.
La expresión de su cara. Estaba serio, ojeroso, ni rastro de sonrisa. Abatido.
Seguí atendiendo la cola y preparando cafés a velocidad luz, entre ellos su capuccino. Mientras, mi instinto de salvadora hacía que me preguntara: ¿qué puedo hacer para que se sienta mejor?.
Me esmeré especialmente en su capuccino y fui más generosa de lo normal con el polvo de chocolate. Cuando llegó su turno en la caja, lo encontró ya preparado y calentito. Thank you, me agradeció. Y aunque entonces yo no ejercía, la terapeuta que había en mi le preguntó: Are you allright?
Él levantó la mirada mientras me entregaba un billete de 5 libras, suspiró y me dijo:
You know... Just one of those days.
Estaba claro que no iba a decir más. Oh, I understand, asentí y le devolví su cambio. Él cogió su café y antes de sentarse en una de las mesas me dijo mientras esbozaba una media sonrisa: Thank you for asking.
Pasaron algunos días hasta que volví verle. Su tono y actitud eran los mismo de siempre, discreto y nice. Poco tiempo después, cambié de trabajo y nunca nos volvimos a encontrar.
Confieso que me hubiera gustado preguntarle más y haberle podido escuchar. Pasó en un contexto en el que esto era difícil, no era momento ni lugar.
Pero me gusta pensar que aquel día, al menos, contribuí a que se sintiera un poco mejor.
El lugar de los hechos, al fondo a la izquierda.
Me he acordado mucho de esta historia durante los años siguientes cuando he tenido uno de esos días. Cuando un amigo me ha dicho que tenía “un día tonto” o un cliente ha venido a su sesión triste, sin saber por qué.
Un día de bajón emocional.
Igual está nublado o hace mal tiempo. Puede que hayas discutido hace poco con alguien o te han dado una mala noticia.
El caso es que te levantas y te sientes bajo de energía, sin ganas de pensar ni hacer nada, con un nudo en la garganta. Triste sin saber demasiado por qué. Y si alguien te pregunta “¿que te pasa?” esquivas un poco la pregunta. Puede que digas de manera automática “no es nada” o como mi cliente del café “tengo uno de esos días”.
Vivimos en una sociedad en la que la tristeza está poco permitida a no ser que haya sucedido una tragedia terrible.
¿Cuántas veces no has tenido en cuenta tu tristeza o has tratado de esconderla porque lo que te pasaba “tampoco es para tanto”? ¿Que hubieras agradecido simplemente que alguien te hubiera mirado con comprensión y te hubiera dicho “estoy aquí para ti”?
Pues precisamente por eso, hoy quiero hablarte de la tristeza, cuál es la función de esta emoción y darte algunos tips para que puedas afrontarla cuando aparece de manera puntual.
[Tweet "7 maneras de afrontar la tristeza en los días de bajón"]
¿Para qué aparece la tristeza y por qué tratamos que no se note?
La tristeza es una emoción que la gran mayoría experimentamos como desagradable.
Aparece cuando se produce o intuimos un cambio que implica una pérdida y la suelen acompañar sentimientos de soledad, pena, pesimismo, etc.
Como todas las emociones, la tristeza tiene una función adaptativa. O sea, que es necesaria para la evolución del ser humano como especie.
- El ser humano es un animal social y necesita sentir que pertenece a un grupo para desarrollarse de manera sana. Expresar tristeza tiene una función social porque es percibida por el resto del grupo como una petición de ayuda.
- Dentro del ámbito personal, la tristeza nos invita a reflexionar sobre nuestra vida actual, nuestros logros, nuestras pérdidas. Nos ayuda a valorar los cambios que necesitamos hacer y cómo podemos llevarlos a cabo para llevar una vida más saludable emocionalmente.
La verdad sea dicha: es una emoción con mala fama y entra del grupo de emociones que solemos considerar negativas.
A poca gente le gusta sentirse triste. Y para más inri, quien expresa tristeza sin tener una supuesta buena razón para ello suele ser percibido como débil o poco fiable.
De hecho muchos estamos condicionados desde niños para ocultarla. ¿Recuerdas esos momentos en los que te sentías triste y recibías mensajes del tipo “eso no es para llorar”? ¿O notabas que las personas de tu entorno se incomodaban ante tu tristeza?
Por eso, cuando tenemos un día de bajón tratamos de que no se nos note demasiado. Nos da apuro molestar.
Negar las emociones o pasar de puntillas por encima de ellas puede producir un alivio momentáneo, pero a la larga esto es más nocivo que beneficioso. Llega un momento en que todo lo no expresado encuentra una manera de salir.
Esto es importante porque si la tristeza se prolonga por mucho tiempo o es una emoción muy presente en tu vida existe el riesgo de que caigas o estés en depresión.
7 cosas que puedes hacer para afrontar la tristeza en "esos días de bajón"
Aprender a transitar las emociones, aunque sean desagradables, es fundamental para vivir con mayor bienestar emocional.
Estas tips van dirigidas a que aprendas a expresar y afrontar la tristeza de un modo más saludable y menos doloroso. El objetivo es que encuentres la manera de gestionarla sin hacer daño a nadie, a nada ni por supuesto, a ti mismo.
1. Sal a la calle y date un paseo.
La tristeza suele provocar que nos vayamos “hacia adentro”, pero quedarte en casa revolcándote en ella no te va a beneficiar. Tomar contacto con el mundo de fuera, ver gente, te puede ayudar a tomar perspectiva y valorar tu situación de manera diferente.
2. Recuerda tus momentos felices.
Trata de conectar con las sensaciones de bienestar que has sentido cuando estabas alegre. ¿Qué hacías diferente a lo que haces ahora? Esto te ayudará a recordar que la tristeza es transitoria y que volverás a sentirte bien.
3. Llama a esa persona que siempre está dispuesta a escucharte y sacarte una sonrisa.
No te quedes comiéndote esos pensamientos y sensaciones tú solo por miedo a molestar. Seguramente haya alguna persona con la que sientas la confianza suficiente para mostrar tus verdaderos sentimientos y sentirte acompañado.
4. ¡Pide abrazos!
Pocas experiencias son tan reparadoras para tu salud emocional e incluso física como un abrazo largo y calentito, de esos en los que te puedas abandonar. Estudios como el realizado por Sheldon Cohen de la Universidad Carnegie Mellon lo demuestran.
5. Haz algo con las manos.
Realiza algún tipo de tarea en la que tengas que usar tus manos y lleva toda tu atención a la actividad. Dibuja, tricota, haz maquetas... Si no te van estas cosas, limpia y ordena el espacio a tu alrededor. Movilizarás tu energía y notarás una sensación de orden interior.
6. Si necesitas llorar, llora!
Pero por favor, hazlo con alguien. Pegarte la llantera tú solo no te va a consolar. Al revés, esto hace que los sentimientos de pesimismo y soledad se refuercen. Llorar en compañía sana las heridas emocionales y refuerza los vínculos con los demás.
7. Reflexiona sobre ti mismo.
Trata de responderte estas preguntas: ¿Qué es lo que me pone triste hoy? ¿Hay algún aspecto de mi vida o de mi manera de actuar que necesito atender o cambiar? ¿Cómo puedo hacerlo?
Para terminar: resaltar que estas recomendaciones son generales y cada persona es un mundo.
- Puede que te cueste llevar a cabo alguna de ellas o sientas que lo que funciona a otras personas no termina de encajar contigo.
- Recuerda que si la tristeza se prolonga por varios días o meses es probable que haya algo dentro de ti a lo que debes atender.
En cualquiera de estos casos, no dudes en acudir a un profesional de la psicología. Te ayudará a dar sentido a tu emoción, a desarrollar nuevas estrategias de afrontamiento y a que encuentres las respuestas que buscas dentro de ti.
¿Y tú, cómo sobrevives a los días de bajón? ¿Qué es lo que haces para afrontar la tristeza?
Fuente foto 1: yourbestlondon.com
Fuente foto 2: Diseñado por Dan Mirica/Freepik
Si te ha gustado este post, ¡comparte!
En realidad la tristeza para mi no es del todo mala, es la necesidad de un cambio, de que algo no esta bien, de que tienes que parar y reflexionar, dependiendo del tipo de tristeza claro esta, pero cuando uno se levanta una mañana y tiene ese sentimiento esta claro que hay algo que no funciona, yo soy del tipo de personas que expresa sin tapujos esa emoción, creo que no es malo sentirse triste, es una reacción emocional como cualquier otra y lo tomo como un aviso de que necesito hacer algo, siempre tuve mucho miedo a expresar mis emociones fuesen del tipo que fuesen, creo que la mejor terapia que uno mismo puede hacerse es conocer sus emociones...a partir de ese momento puedes cambiar las cosas y verlo desde otro prisma e incluso y aunque parezca absurdo (en ocasiones me pasa) disfrutar de esa misma emoción que antes te asustaba, yo aprovecho cuando estoy triste para escribir o pintar y es cuando sale lo que quiero que salga y he llegado incluso a cuando un día de esos de bajón en los que dices ufff que mal estoy poder cambiarlo y decir que bien voy a aprovecharlo para hacer todo eso que cuando estoy alegre no hago, incluso la prespectiva cuando sales a pasear es diferente, te percatas de cosas que antes pasaban desapercibidas en los mismo paisajes de siempre y de hecho es el único momento que salgo a pasear por la calle sin estar mirando el movíl y te haces mas consciente de lo que te rodea, el problema y supongo que sabras de que hablo es cuando la tristeza se convierte en enfado y sin saber porque estas enfadado con el mundo y ahí cuesta más afrontar el día.
Muchas gracias por compartir tu historia Luis! Efectivamente, la tristeza no es una emoción mala sino que puede ser muy constructiva, Me encanta leer cómo te das permiso para sentirla y sobre todo cómo desde ella te permites explorar otros aspectos de ti mismo, sobre todo que des rienda suelta a tu lado más íntimo y creativo para expresarla de manera saludable. Sin duda te ayudará mucho a superarla!
Cuando la tristeza se convierte en rabia es otro tema que da para mucho. Cuando esto sucede puede ser porque una emoción intenta tapar a la otra, o quizá porque lo que estamos enfrentando nos provoca ambas emociones. En todo caso sigue buscando maneras de expresarla sin hacer ni hacerte daño como estoy segura que conseguirás 🙂
Te mando un abrazo muy fuerte!!
La tristeza a parte de ser una emoción más e igual de respetable que la alegría, es un sistema de alarma ante lo que bien has comentado antes, un cambio que implica pérdida, al igual que el estrés lo es ante situaciones de alarma. Lo que pasa que la mayoría no los acepta y no sabe emplearlos para lo que realmente son, en el caso de la tristeza para poder adentrarnos en nosotros mismos y re evaluar nuestra vida y entorno para poder adaptarnos y, ante todo, mejorar. Queremos esa mejoría, pero la queremos "regalada", es decir, sin pasar por los procesos dolorosos o difíciles que nos aporta la vida en su día a día. Nos hemos acomodado demasiado y, a parte, el temor a no ser "perfectos" ante los ojos de la sociedad por sentirnos tristes o decaídos nos hace poner barreras tan grandes ante estos sentimientos que cuando nos llegan nos sentimos frustrados por haber fracasado ante la mirada crítica de los demás.
Al menos así es como yo lo veo. No veo nada malo en la tristeza, también hay que saber disfrutar de ella.
Gracias por tu nueva entrada y sorry por el ladrillo que he soltado
Hola Sabrina, disculpas para nada! Muchas gracias por compartir tu experiencia, es estupendo que le des a tu tristeza espacio para aprender de ella. Estoy de acuerdo contigo en que hoy en día muchos buscan soluciones fáciles, sin atreverse a pasar por el aprendizaje de vivir sus emociones con más conciencia. Y es que en el fondo muchas veces lo que hay en realidad es miedo a no saber manejarlas, a sentirnos desbordados por ellas. Sin embargo, no conocerlas ni aprender de ellas al final acaba pasando factura. Ahí es donde puede ayudar un psicoterapeuta, a hacer más fácil ese camino.
Me alegra mucho verte por aquí, espero volver a leerte pronto. Un besazo!!
En referencia a lo que acabas de poner Cristina tienes razón en que un psicoterapeuta puede ayudarte en el camino para llegar a entender tus emociones, yo soy "consumidor" de la psicoterapia y cuando digo que tengo que ir al psicoterapeuta los que me rodean me preguntan siempre lo mismo! Que te pasa? No estás bien? Es irónico pensar que vas a psicoterapia porque no estás bien o te pasa algo, yo siempre contestó que fui al colegio a que un profesional me enseñará a leer y escribir,a aprender sobre matemáticas,etc y porque no ir a un profesional a que te enseñe a convivir con tus emociones, la vida nos enseña a diferencia nuestras emociones,a saber si estamos tristes, alegres, enamorados, eufóricos, pero no sabemos cómo canalizar esa emoción para nuestro propio beneficio! Creo que la psicoterapia tendría que ser una asignatura de la vida obligada y por mis vivencias que no son pocas sólo puedo agradecer a la psicoterapia porque soy quien soy gracias a vosotros que sois grandes profesionales, me encanta tu Bloc y me encanta que de cada vez más gente participe en el! Como dices en tu post sin darte cuenta con pequeños gestos puedes dar solución a cosas que hacemos grandes porque no sabemos cómo gestionar las!
¡Qué bonito Luis, muchísimas gracias! un abrazo enorme!
Y por cierto me acaba de venir a la cabeza que hace poco vi una película en muy buena compañía que tiene que ver mucho con este post y procurando no hacer spoilers sobre ella quiero comentar el significado que yo le saque y que viene a relación con el tema y es INSIDE OUT y aunque parezca una película chorra de esas para ver de resaca el mensaje para mi entender es que al final todas las emociones "malas y buenas" viven en nosotros y si sabemos entenderlas podemos llegar a la conclusión que lo que en un principio vemos como algo negativo "tristeza" puede ser la pieza más necesaria para poder terminar el puzzle y si sabemos darle su espacio y somos capaces de conocerla terminara siendo de gran ayuda,
Por supuesto que no conocer esas emociones puede llegar a ser bastante "peligroso", de ahí la importante labor que ejerceis. Sois los maestros , o como yo le digo a mis hijas, los médicos de los sentimientos y de las emociones. Y creo que debeis ocupar un papel mucho mayor en el sistema educativo impartiendo materias "realmente necesarias" como son la educación emocional. Gracias por vuestro trabajo.
Mil gracias a ti Sabrina por pasarte por este blog y por tus comentarios. Te mando un abrazo muy muy fuerte.
Suelo estar alegre todo el tiempo, y cuando estoy asi me siento horrible. Doctora cree que escuchar musica funcione?
Hola Damigui,
¡Pues claro que la música funciona! De hecho es uno de los recursos más potentes que existen para reconectar con sensaciones y emociones positivas. Te dejo enlace a un artículo con una playlist de canciones para dar subidón de autoestima y buen rollo 😉 https://cristinaviartola.com/canciones-para-subidon-de-autoestima/
Muchas gracias por tu comentario y un abrazo
Gracias por el post Cristina, Creo que tanto la tristeza como la alegría nos dan la capacidad de abstracción , la forma en la vemos e interpretamos el mundo , en mi caso si tengo que hacer un ponderado , la tristeza me ha dejado más cosas buenas que malas, luego de ese momento de reflexión, poder reconocer qué es lo que debo cambiar, es una victoria para siempre , un saludo.
Hola Carlos,
Qué bueno que sepas escuchar a tu tristeza y sacar de ella el aprendizaje que te trae. Te felicito por tu conciencia y te animo a que sigas practicando esta actitud tan positiva.
Muchas gracias por compartir tu experiencia.
Un fuerte abrazo.
Gracias por tus recomendaciones me agrado mucho leerlas, vine a tu blog por motivo de que me siento bajoneada... Hace unos días tuve 2 exámenes importantes y la nota que saqué no fue satisfactoria, lo cual me ha hecho sentirme triste y hasta llorar porque yo normalmemte obtengo notas buenas, pero con tus consejos me he puesto a reflexionar sobre que es lo que ocasiona que halla sacado malas notas.
Es muy verdad lo que dices: A nosotros no nos gusta mostrar cuando estas tristes.
Pero lo que me cuesta es: tratar de arreglar mi problema, no se si es por falta de voluntad o que siento que ya no vale la pena esforzarme en mis estudios...
Muchísimas Gracias Cristina, me apegue mucho a tu historia y los tips me dieron ideas. Casi siempre me pongo así en tiempos de navidad, vivo en Venezuela y todo es muy difícil. Espero y sigas ayudando a más gente. Saludos!
Hola Aleksander, me alegro infinito de haberte ayudado 🙂
Un abrazo y muchas gracias por tu comentario!