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Con motivo del estreno de la séptima temporada de Juego de Tronos, somos legión los que estamos deseando saber cómo se van  a resolver los acontecimientos. Después de años de sufrir temporada tras temporada, la expectación con el "qué-va-a-pasar" es enorme. Y si eres de les que se leyó los libros antes de ver la serie, ya ni te cuento.

Gran parte del éxito de Juego de Tronos se debe a lo extraordinariamente bien construidos que están los personajes. Si algo podemos agradecer a George RR Martin, es la maravillosa capacidad de engancharnos a sus historias mediante personajes complejos y creíbles, que muestran un abanico de diversidad humana lleno de luces y sombras.

Como buena fan, he pasado muchas horas debatiendo y especulando sobre los dónde, cómo, cuándo, por qué y para qué de mis personajes favoritos. Y hay algunos aspectos que siempre me han parecido llamativos por lo bien construidos que están y los interrogantes que plantean.

  • Uno es el peso de la herencia familiar en la psicología de los personajes. ¿Cómo influye esa carga en el desarrollo de cada historia?
  • Por otro lado, la cantidad de problemas psicológicos que presentan una gran parte de los protagonistas. Dentro de la historia, ¿cómo influirán en su desenlace?
  • En la vida real, ¿qué diagnóstico tendrían? ¿Cuál sería su perfil?

Las creencias familiares, los mensajes que recibimos desde la infancia pueden llegar a convertirse en verdades absolutas sobre quiénes somos y qué podemos esperar de la vida.

Así que aprovechando que Se Acerca El Estreno, quiero compartir contigo mis reflexiones friki-psicológicas sobre estas cuestiones mediante un análisis de las mujeres protagonistas de la serie. Daenerys, Cersei, Arya y Sansa. Les tengo mucho cariño, qué le voy a hacer.

Espero que además de para pasar un buen rato, pueda ayudarte a reflexionar sobre cómo pueden haber influido en tu desarrollo las creencias de tu cultura familiar.

¿Ready? Pues ahí vamos.

(Atención: a partir de ahora puede haber SPOILERS)

Psicología de las mujeres en Juego de Tronos

Como la gran mayoría de personajes principales, el destino de estas mujeres está en gran parte marcado por la Casa a la que pertenecen y su herencia transgeneracional. Esta carga, reflejada en los lemas de cada casa, se refleja en el carácter y desarrollo de cada una de ellas.

Daenerys Targaryen (Sangre y Fuego)

No es de extrañar que Daenerys sea una de las favoritas de los fans. La Madre de Dragones es esa mujer inteligente, bella y empoderada que todas queremos ser. Ante la que algunos hombres se rinden, la mayoría de ellos respeta y otros muchos temen.

Daenerys es el ejemplo de mujer que sobrevive a la adversidad aprendiendo de ella y generando nuevos recursos emocionales con los que afrontarla. Que ha pasado de ser abusada y ninguneada por su hermano Viserys a dirigir ejércitos subida al lomo de un dragón.

Por su historia podría haberse convertido en una mujer dependiente, maltratada y a expensas de lo hombres de su entorno. Pero sostenida por el amor de Drogo, Daenerys se convierte en una Khaleesi por méritos propios y a partir de ese momento crece sin parar.

Durante su transformación vemos como logra extraer lo mejor de cada situación y transita sus duelos sin quedarse atascada en ellos, desarrollando una enorme capacidad de resiliencia. Como fortalezas psicológicas destacan su valentía, su flexibilidad para adaptarse a los cambios, su compasión, su perseverancia y su lealtad. También destaca su implacable sentido de la justicia y su capacidad de generar aliados entre los que la rodean. Daenerys representa en este caso la parte más luminosa de la Casa Targaryen.

En Daenerys no se presentan patologías evidentes, de hecho, a pesar de poseer un pasado traumático, es uno de los personajes más equilibrados de la saga. Sin embargo, también tiene un lado oscuro que se manifiesta en los ocasionales arrebatos de ira que dirige hacia las personas que la traicionan.

Si Daenerys se dejara dominar por ella, correría el peligro de caer en la maldición de la herencia Targaryen: la locura. La misma maldición que sufría su padre Aerys, el rey al que mató Jaime, y que hizo caer a esta Casa. Pero de momento no se relaciona con el mundo únicamente bajo el prisma de esta ira ni vive atrapada por ella, gracias a sus fortalezas psicológicas.

Es interesante pensar qué pasaría si Daenerys se dejara dominar por este lado oscuro.* Aquí el trabajo terapéutico probablemente pasaría por trabajar en el control de los impulsos y en ayudarla a incorporar herramientas de manejo de la ira. Y quizá, en ayudarla a gestionar la culpa ante las consecuencias de sus actos.

No sabemos cómo va a terminar la serie, pero si alguien tiene la capacidad de alcanzar todo su potencial de crecimiento personal (y además convertirse en reina) esa es Daenerys. ¿Terminará arrasando Poniente con Fuego y Sangre?

Cersei Lannister (Oye Mi Rugido)

Intrigante, manipuladora, mentirosa y con una clara falta de empatía, Cersei tiene un trastorno de personalidad narcisista. Los demás existen para ella, para satisfacer su sentido de grandiosidad y omnipotencia. Con rasgos sádicos y perversos, no duda en quebrantar cualquier tipo de regla para conseguir sus propósitos.

Su herida se ve acentuada porque Cersei sabe que para su padre, Tywin, ella nunca estará a la altura de Jaime. Ser mujer le arrebata lo que ella considera su derecho de nacimiento. Como primogénita, esto la llena de ira y resentimiento hacia los privilegios de los hombres. Al mismo tiempo, Jaime es un espejo en el que mirarse. La relación incestuosa con él le sirve para reafirmar su identidad narcisista. Es el único que está a su altura, es como tener una relación consigo misma.

Cersei abraza su lado oscuro sin mirar atrás. Su motivación es el odio y la venganza. Los pocos atisbos de luz que vemos en ella son los sentimientos de una madre hacia sus hijos, que para ella son una extensión de si misma.

Otros rasgos patológicos son el abuso de alcohol y una tendencia a la paranoia que podría desembocar en un trastorno paranoide de la personalidad.

A pesar de ser el personaje que menos simpatía suscita, podemos llegar a admirarla por esa extraña fascinación que los personajes extremos despiertan en nosotros. En una tierra dominada por hombres, ella se asegura de que su rugido se escuche alto y claro.

Para Cersei ya no es posible la redención y probablemente tenga un mal final. En la vida real sería muy difícil tratar a alguien de estas características porque en primer lugar rara vez acuden a terapia. Y en caso de que lo hiciera, solo sería para reafirmarse en su posición narcisista y sin ninguna intención de cambiar.

Arya Stark (Se Acerca el Invierno)

Sin duda el invierno (emocional) llegó hace algunas temporadas al corazón de las hermanas Stark.

Arya es uno de los personajes más entrañables de la saga y entre sus características más notables se encuentra su determinación, su lealtad y su defensa del más débil. También empatizamos con ella por su rebeldía y espíritu aventurero.

Estos rasgos, que se presentan en ella como fortalezas psicológicas y que la ayudarán a sobrevivir durante toda la saga, corresponden al polo saludable de una personalidad pasivo-agresiva. Arya tiene una base psicológica fuerte ya que en los primeros años de su vida ha creado vínculos seguros con los miembros de su familia.

La personalidad rebelde de Arya es el contrapunto a la personalidad dócil de Sansa. El hecho de ser la mediana y la segunda hija influye en ese sentido de la independencia que su padre Eddard conoce tan bien, y que es el motivo por el que decide contratar a Syrio Forel. Digna heredera de su tía Lyanna, Arya bien hubiera podido ser una Reina en el Norte en otras circunstancias.

El proceso de Arya despierta admiración, ternura y horror a partes iguales. Porque, inevitablemente, tiene que cambiar después de todas las vivencias traumáticas que experimenta. Emocionalmente queda atrapada en su dolor, que revive cada noche recitando su lista. Junto a otros síntomas como el desarrollo de una conducta hipervigilante, las creencias y el estado emocional negativo persistente, podrían ser señales de un trastorno por estrés postraumático.

Para sobrevivir en un entorno extremadamente hostil, Arya aprende a disociarse de su experiencia. Para ella la única salida es encapsular el trauma y transformarlo en sed de venganza. Su determinación le ayuda a convertirse en una asesina.

En cierto modo, Jaqen D’ghar trata de ayudarla a superar el trauma liberándola de su identidad. Pero para Arya no es posible. Porque lo que le da anclaje con su auténtico self, con la realidad de quién es ella, es el sentido de pertenencia a la casa Stark.

Probablemente, Arya arrastrará las secuelas de la guerra de los Cinco Reyes hasta el fin de sus días. Ha visto demasiado y ha hecho demasiado. Aunque gracias a su noble corazón y su base segura, quizá aún es posible que pueda recuperar algo de felicidad.

Sansa Stark (Se Acerca el Invierno)

Sansa es el clásico ejemplo de niña que fue educada para ser una princesa. Siendo la primera hija de una Casa noble siempre tuvo claro su destino: casarse. Al inicio de la serie la vemos como una jovencita soñadora, impresionable, con la cabeza llena de historias de romance. Si Arya es la rebelde, Sansa es una dama educada para ser buena esposa y complacer. Cuando Arya lucha activamente, Sansa asume con pasividad su destino.

En ella al principio de la serie casi pesa más la herencia Tully que la Stark. Familia. Deber. Honor. Una herencia que se ve reforzada por la interiorización del mandato de complacer, típico de las personalidades histéricas desde una perspectiva clínica Transaccional, y por identificación con su madre Catelyn.

Debido a ello, su creencia de base es que complaciendo a los demás antes que a ella misma logrará que la quieran, que la acepten. Y esto es a lo que se aferra para sobrevivir tras la muerte de Eddard Stark y los consiguientes horrores que vive en Desembarco del Rey.

El mecanismo de complacer ayuda a Sansa a mantenerse con vida. Pero al mismo tiempo ella termina comprendiendo que en realidad no le sirve para nada, que no por complacer a otros deja de experimentar sucesivos traumas que la llevan a desarrollar una profunda desconfianza hacia los demás. Porque Sansa es abusada, manipulada y tratada como un objeto casi todo el tiempo. No tiene control ni sobre su vida ni sobre su cuerpo.

Ella solo vale como símbolo de dominación sobre la casa Stark, la herencia del padre. En la vida real, podemos verla como un claro símbolo de la carga hetero-patriarcal sobre las mujeres.

Sansa vive en un constante estado de miedo e ira contenida. Como consecuencia de su historia, termina perdiendo la esperanza y cada vez siente menos empatía hacia los demás. Su transformación es llamativa porque de la inocencia de los primeros capítulos pasa a ser una mujer dura, distante, casi cruel. Pero ¿a quién no le sucedería lo mismo después de todo por lo que ha pasado ella?

Si en Poniente hubiera psicólogos, Sansa podría beneficiarse de un proceso de psicoterapia que la ayudara a resolver los duelos pendientes, a reconectarse con su disfrute y su poder. Desde luego sería largo y es poco probable que alguna vez llegara a ser la misma de antes. Pero al menos podría llegar a alcanzar algo de paz.

¿Qué te ha parecido este análisis? ¿Añadirías algo más? Y ya si te atreves... ¿hay algún mensaje en la cultura de tu familia que haya tenido mucho peso en ti? Hablemos en los comentarios 🙂

Fuente imagen Cersei

Fuente imagen Daenerys

Fuente imagen Arya

Fuente imagen Sansa

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