Antes de empezar terapia me sentía sola, perdida, intranquila y muy angustiada. Supiste hacerme sentir cómoda en todo momento y nada juzgada, haciendo más fácil abrirme y dejarte acompañarme en un proceso difícil y en ocasiones doloroso. Destacaría el cariño con el que hablas y transmites tranquilidad. Ahora me siento más feliz, segura y tranquila, con menos miedo a equivocarme o tomarme mi tiempo o espacio para tomar las decisiones que salen de mi misma, con menos ansiedad hacía lo que pueda o no pasar, con más fuerza para poner mis límites y no sentirme presionada. Ha sido un placer trabajar contigo durante estos meses, creo que todo el mundo debería alguna vez hacer psicoterapia para realmente pararse a pensar en uno mismo, en lo que uno quiere y en lo que a uno le hace feliz.