Llevaba poco tiempo en Madrid, vine a buscarme la vida como actor, vivía con mi chica aunque la relación se estaba acabando y me daba cuenta de que todo se me estaba viniendo encima. Me sentía aislado del mundo, me estaba ahogando y no podía o no sabía buscar ayuda. Tenía un enfado grande, encerrado que no podía soltar. Me maltrataba continuamente y me sentía desamparado. Después de trabajar contigo vi que podía salir cuando quisiera de mi aislamiento, lo que me tranquilizó mucho. Conecté con mi tristeza y no lo percibía ya como algo negativo. Conseguí en ocasiones conectar con mi rabia encerrada, lo que me daba seguridad. Conseguí mirarme con amor, saber perdonarme mis errores y reconocer que todo lo que tenía o como me había sentido era un mecanismo de supervivencia que me había traído hasta aquí. Destacaría tu implicación total en las sesiones de terapia unido a un conocimiento profundo de tu oficio. Siempre encontrabas respuestas a mis inquietudes. Después he seguido manteniendo la sensación que algo ha cambiado en mi, lo que es muy reconfortante. Se han ido unas voces muy chungas que me atacaban continuamente y me hacían daño, es una sensación reparadora. Gracias por todo, Cristina