Este último mes he estado un poco desaparecida de redes sociales, blog… pero el motivo lo merecía.
He estado en flow creativo total, inmersa en la Formación Básica para el Psicólogo Audiovisual y Escénico que he estado impartiendo en noviembre en el Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid.
Un proyecto que he desarrollado junto a un par de compañeras del grupo Psicología y Artes Audiovisuales y Escénicas del COP Madrid. Y en el que hemos puesto en común nuestra experiencia en el ámbito del cine, teatro y danza para dotar a los profesionales de la psicología de herramientas con los que aunar estas apasionantes disciplinas en su trabajo.
El curso ha sido un éxito y supone un paso más en nuestro proceso de aprendizaje y crecimiento, como psicólogas y como amantes de las artes escénicas y audiovisuales.
Personalmente además esta experiencia me ha servido para reconectar con mi Fuerza interna. Llevaba unos meses replanteándome mi faceta creativa-artística y sintiéndome insegura a la hora de ponerme delante de una audiencia.
Pero ahora, después de impartir el curso, vuelvo a sentirme inspirada y con mi autoestima y mi confianza reforzadas.
He vuelto a comprobar que es cuando haces las cosas desde el amor, y no desde el miedo a no valer, al juicio, al rechazo… que sales de los mecanismos que boicotean la autoestima y encuentras la manera de brillar.
Esta experiencia me ha inspirado a escribir un artículo con el que quiero ayudarte A TI a reconectar con tu Fuerza Interna y superar el miedo a mostrarte. Porque a todos en algún momento se nos remueve el miedo al rechazo y de no cuidarlo puede llegar a separarnos de lo que realmente deseamos.
Incluye ejercicios prácticos para ayudarte a reflexionar.
¿Cómo te limita el miedo al rechazo?
En general, solemos darle bastante importancia a la mirada de los demás. Una relación con alguien, una entrevista de trabajo, realizar una presentación… Nos preocupa la opinión del otro y además, caer bien es una conducta considerada de éxito social.
Pero cuando eres una persona insegura o con baja autoestima, esta mirada puede llegar a condicionarte tanto como para:
- renunciar a lo que tú quieres en aras de lo que quieren o esperan otros
- no luchar por tus sueños y deseos
- dejar de ser tú mismx por agradar a los demás
Esto en el día a día puede manifestarse como pereza a la hora de afrontar proyectos, miedo a hablar en público, dudas sobre las propias capacidades, sentirte humilladx ante las críticas, meterte en relaciones de dependencia porque crees que no encontrarás mejor, querer siempre aparentar “estar bien” que no corresponde a cómo te sientes por dentro…
Una serie de patrones compuestos por pensamientos, sentimientos y conductas que a nivel profundo tocan con el miedo al rechazo, o miedo al abandono, que es uno de los más profundos del ser humano. Está relacionado con la necesidad de seguridad y protección, imprescindible para la supervivencia.
La gran mayoría de personas ha recibido, en mayor o menor medida, heridas relacionadas con este miedo. Construimos todo un sistema de mecanismos y defensas para taparlas, para no sentir. Algunas veces de manera consciente y otras muchas, de manera inconsciente.
La paradoja es que al mismo tiempo que tratamos de evitar que se repita ese dolor en el presente, muchas veces lo que conseguimos es justo lo contrario y boicoteamos nuestra autoestima.
Porque piénsalo por un momento: cada vez que procrastinas, que abandonas ese proyecto porque en el fondo piensas que “a quién le va a interesar”, o que dejas de exponer tu trabajo por miedo a la crítica… en realidad, ¿qué crees que haces?
El lado oscuro del miedo al rechazo
Lo que haces es dejar de tenerte en cuenta. Desvalorizas una parte de ti mismx, de tu experiencia, porque anticipas que la mirada del otro te va a hacer daño. Por eso luego encima te sientes triste, con una sensación de ineficacia que puede que toque con el miedo original. Y puede que incluso te sientas enfadadx.
Entiendo perfectamente que no quieras sentir todas esas emociones dolorosas y que quieras protegerte de ellas. Y más si te remueven antiguas heridas.
Pero vivir esclavizadx por el miedo al rechazo retroalimenta un ciclo que limita tu potencial de crecimiento, ya que propicia:
• Inseguridad, búsqueda constante de aprobación ajena.
• Dependencia emocional, necesitas que los demás piensen y se ocupen de ti.
• Frustración ante la imposibilidad de obtener todo
• Ansiedad, alerta constante, preocupación
• Comparación y envidia
• No poder decir NO
• Rechazo de los demás y deterioro de las relaciones
• Huida de los problemas, inmovilización vital
• Acumulación de carga emocional
• Actitud de víctima
• A nivel de conducta inhibe en la consecución de sueños y metas
• Sensación de vacío
• Pérdida del YO
Todo ello mantenedor de los sentimientos de baja autoestima. Además, la pérdida de contacto con las propias necesidades y deseos puede dar lugar a una sensación constante de insatisfacción y problemas graves de depresión.
Un ejemplo personal de paso al lado oscuro
Antes te contaba que he estado unos meses sintiéndome insegura en mi faceta artístico-creativa y también a la hora de ponerme delante de una audiencia.
Estos temas llevo años trabajándolos y ya no me suponen un problema. Y en casos de crisis, que hoy en día ya son muy pocos, los suelo solventar echándole morro y tirando de carisma personal.
Pero hubo un tiempo en el que era realmente difícil manejar la ansiedad que me genera exponerme. Es más, cuando era estudiante, estas inseguridades han llegado a paralizarme, literalmente, delante de una clase de 100 personas.
Cuando esto sucedía en el pasado, mi paso al lado oscuro iba más o menos iba de la siguiente manera:
SUCESO: Tengo que hablar en público o quiero presentar/realizar un proyecto artístico.
PENSAMIENTOS: “me van a mirar fijamente”, “no voy a ser capaz de hacerlo”, “se van a reír de mi”, “no tengo talento”, “no sé nada...”
EMOCIONES: Vergüenza, tristeza, miedo
CONDUCTAS: Quedarme paralizada, abandonar el proyecto, aislarme de la gente, atracones a comer…
Estas conductas además producían que pensara “soy lo peor”, con lo que vivía a sentirme una mierda y entones me creaba una máscara de falsa autosuficiencia con la que podía llegar a ser bastante borde con los demás. Not cool. Entonces me volvía a sentir fatal, me disculpaba, volvía a darme vergüenza mostrarme… y así seguía alimentando el ciclo del lado oscuro.
Un ciclo en el que, desde el miedo, me trataba fatal y perdía toda mi Fuerza. Hasta que me cansé de lo infeliz que me sentía viviendo en ese lado oscuro y decidí recuperar mi poder personal.
Hoy sé muy bien que esos sentimientos en el fondo lo que esconden es miedo a mostrarme y al juicio del otro. Están relacionados con una parte antigua de mi historia que ya no condiciona cómo vivo mi vida, pero sí que puede removerse en épocas de mucho estrés, como es normal.
¿Cómo reconectar con tu Fuerza interna?
Lo primero es que tengas claro es que reconectar con tu Fuerza no se trata de negar o evitar tu lado oscuro. Ni tampoco de estar siempre en un estado de falsa felicidad.
Estar conectadx con tu Fuerza significa lograr un equilibrio entre tu oscuridad y tu luz.
O más bien, lograr un entendimiento entre ambos lados.
1. Por eso es importante que te conozcas muy bien y entiendas el papel que están cumpliendo los mecanismos que te protegen del miedo al rechazo en tu vida.
De esta manera podrás:
-darte cuenta de qué beneficios obtienes cuando te vas al lado oscuro
-decidir qué y cómo quieres cambiar
Por ejemplo, en mi caso una vez que tuve clara la secuencia de pensamientos, emociones y conductas que se ponían en marcha al enfrentarme a estas situaciones estresantes pude darme cuenta de que tenían que ver con experiencias de mi pasado en las que me había sentido humillada o no válida. Todo lo que hacía para no exponerme me protegía, sí, y me sentía “cómoda” ahí. Pero al mismo tiempo me limitaba porque no me atrevía a hacer actividades que realmente me gustan y me hacen feliz. También yo me trataba fatal y esto acababa pasando factura a mis relaciones.
Para comenzar a trabajarlo, te propongo que hagas este ejercicio de autoconocimiento. Anota las respuestas.
Situación: ¿cuándo se me remueve el miedo al rechazo?
PENSAMIENTOS: ¿qué pienso de mi en esas situaciones?
EMOCIONES: ¿qué siento al pensar eso?
CONDUCTAS: ¿qué hago cuando siento eso?
¿Qué gano entonces? ¿qué pierdo?
2. Otra cosa importante a tener en cuenta: el miedo en realidad nunca desaparece.
Incluso las personas más seguras de sí mismas sienten en algún momento miedo al rechazo. La única diferencia es que ellos hacen las cosas igualmente, con el miedo, y luego buscan aprendizajes en esa experiencia.
Va a haber muchas situaciones en la vida en las que se va a remover ese miedo (los cambios, las rupturas, el nacimiento de un hijo, montar una empresa…), y saber transitarlo siempre conduce a desarrollar fortaleza emocional y resiliencia.
La clave para lograr esto es trabajar en la aceptación del miedo como una parte de ti, pero sin identificarte con él. El miedo no eres tú, es solo que ocupa mucho espacio y da susto mirar ahí.
También, trabajar en aceptar la realidad, porque pelearte con ella sólo acaba trayendo sufrimiento. A veces es posible que te equivoques, a veces no le gustarás a todo el mundo. ¡Y esto es ok! No estamos en este mundo para gustarle a todo el mundo, sino para disfrutar de la vida sin hacer ni hacernos daño.
Y por último, aceptar tu naturaleza. ¿Y qué si a veces te sientes insegurx o con miedo? ¿O si eres alguien caótico, o demasiado controlador? ¿Y qué si a veces te vas al lado oscuro? Caer es inevitable, lo importante es que no te quedes en las actitudes generadoras de sufrimiento y generadoras de malestar. Además, seguro que el lado oscuro, en algún momento, te ha ayudado a conseguir algo.
Siguiendo con mi historia: cuando comencé a aceptar el miedo y la realidad me di cuenta de que me sentía más en paz con mi naturaleza. Comenzó a importarme menos lo que pensaran los demás y empezó a ser más fácil poner en marcha herramientas con las que ir transformando los pensamientos, emociones y conductas que me mantenían en el lado oscuro y me impedían mostrarme.
Trabajar esta parte es una de las más difíciles y muchas veces requiere de acompañamiento profesional. Pero una vez que lo logras, es muy liberador.
3. Reconectar con tu Fuerza supone que empieces a cuidarte y tratarte bien.
Y con esto no me refiero solo a cómo comes, duermes o cuándo vas a la pelu (que también). A lo que me refiero es que el mejor antídoto para el miedo es el AMOR, el buen-trato hacia ti.
Esto supone cuidar la manera en la que te hablas y el modo en que expresas tus emociones, lo que te ayudará a transformar las conductas que te desconectan de la Fuerza en otras que te empoderen.
Implica darte permiso para realizar todo eso que no te atreves por miedo al qué dirán. Sea decirle que no a alguien, o enseñar lo que escribes en un blog, o presentar un proyecto a una productora.
Desear las cosas en cabeza, por muy fuerte que lo hagas, no te sirva de nada si no atreves a dar un paso en esa dirección.
En mi caso, una vez que tuve claro que nadie más que yo iba a a vivir mi vida empecé a crear lo que me apetecía solo por el placer de hacerlo. También, aunque fuera nerviosísima, empecé a presentarme más en charlas y ponencias. Claro que me he equivocado muchas veces y otras la he cagado bastante. Pero de todas ellas he ido adquiriendo nuevas herramientas y aprendizajes con los que mejorar en la siguiente vez. Y cuanto más lo hago, mejor me siento. Disfrutando más de mi y de mi trabajo. Conociendo a más gente que valora lo que hago. Sintiéndome mucho más segura, y motivada en general. Y si me equivoco, pues no pasa nada, oye, que de todo se aprende.
Te dejo un ejercicio para que comiences a practicar el autocuidado. En este caso del pensamiento y del vocabulario.
Las palabras “siempre” y “nunca”, son demasiado absolutas, te mantienen inmovilizadx y muy pocas veces coinciden con la realidad.
Cuando te des cuenta que las estás utilizando, cámbialas por “aún no”, “muchas veces”, “en ocasiones”, “hoy”.
Por ejemplo: de “siempre me equivoco” a “en muchas ocasiones me equivoco”.
De “nunca me sala nada bien” a “a veces no me salen las cosas bien”.
También puedes cuestionarlas: "¿de verdad siempre me equivoco? ¿seguro que no me sale nada bien?"
Y, ¿qué tal sería probar a decirte?: "me doy permiso para equivocarme"
Lleva siempre la conciencia a cómo te sientes cuando realizas este cambio.
Y para terminar
Rodearte de personas nutritivas, que te ayuden a sacar lo mejor de ti, y crear entornos que generen salud en vez de malestar también te ayudarán a estar conectadx con tu Fuerza interna.
Y como siempre digo… no abandonarte y practicar. Porque cuidar de la autoestima, el tratarse bien, es un trabajo diario y para toda la vida. Cuando le coges el hábito, cada vez es más fácil salir de los momentos en los que sientes que la Fuerza te flaquea.
Es verdad que hay heridas que tardan un poco más en sanar, y no pasa nada por eso. Pero no olvides que tomar responsabilidad sobre ti y tu manera de cuidarlas, es el mayor acto de amor hacia ti que puedes realizar y la base desde la que conectarte de manera sana con los demás. <3
¡Por cierto! Si te gustaría trabajar directamente conmigo en tu autoestima y en superar el miedo al rechazo, te cuento que dentro de nada vuelvo a abrir inscripciones para mi programa grupal Feel Your Force. Un entrenamiento emocional en el que trabajaré mano a mano contigo para convertir tu lado oscuro en un poderoso aliado.
Suscríbete en el formulario que encontrarás aquí abajo, o si ya lo estás permanece atentx a tu bandeja de entrada. En breve te enviaré toda la información.
Y ahora me gustaría escucharte a ti: ¿cómo crees que te condiciona el miedo al rechazo? ¿Qué estrategias utilizas para superarlo?
Foto Luke Skywalker © LucasArts
ES MUY IMPORTANTE EL TRABAJO QUE REALIZAS, ME DA UN GUSTO ENORME QUE EXISTA PERSONAS PREOCUPADAS EN EL BIENESTAR DE LOS DEMÁS. YO HE SUFRIDO MUCHO CON PROBLEMAS MENTALES DESDE MUY JOVENCITO Y AHORA QUE TENGO 52 AÑOS SE HA ACENTUADO MAS A TAL GRADO QUE A VECES YA NO QUIERO VIVIR, TODO ME ESPANTA, TODO ME TRAE DUDA. HE LEÍDO TUS COMENTARIOS Y TRABAJO Y TE AGRADEZCO. TE MANDO BENDICIONES. UN FUERTE ABRAZO DESDE CHIAPAS, MÉXICO
Muchas gracias por tu sincero comentario Ángel. Deseo de corazón que estés recibiendo toda la ayuda que te mereces y pronto te encuentres mejor.
Bendiciones y otro fuerte abrazo para ti desde Madrid.
Mi forma de superarlo es lanzarme al vacío. Si algo me da miedo tan solo pienso que será algo momentáneo, que después de esos minutos en los que no sé realmente qué pasará, todo volverá a ser como era y recuperaré mi estabilidad. Vamos, que me lanzo a por ello sin pensar.
Mil gracias por tu post. Besos
Me ha encantado Sabrina! Sobre todo lo de "el miedo será momentáneo y luego recuperaré mi estabilidad", me parece una muy buena manera de aceptación y diálogo interno permisivo.
Mil gracias a ti siempre por pasarte por aquí y por tus comentarios. Un besazo!
Hola Cristina, gracias por otro post maravilloso!
A mi me ha venido pasando una cosa ligada a mi trabajo (arte y cultura) y es que a raíz de tener que exponerme yo y mi trabajo públicamente se me ha ido quitando un poco el miedo, miedo al rechazo, a la malinterpretación, miedo a no estar a la altura (tanto yo como mi trabajo), miedo a que lo que yo pretendo no funcione en la realidad, a la crítica malintencionada, etc.
Y es que a base de "keep going" y un poco de "fake it until you make it" me encontré un día diciéndome a mi misma que en realidad "si sale mal no pasa nada", la tierra no nos traga, el cielo no se abre y nos manda un rayo, de hecho la mayoria de todas esas cosas terribles que nos atormetaban en nuestra cabeza no salen de ahí, y somos nosotros los que las alimentamos.
Por otro lado de los fracasos se aprende mucho, a veces hasta más que de los éxitos, y como cosa bonita de verdad, como tu dices, si hacemos un ejercicio consciente de rodeamos de personas nutritivas al final creamos cierto ecosistema. En ese ecosistema me parece que esperar lo mejor (y la mejor reacción) de los demás acaba saliendo de manera natural, porque es lo que ocurre, y si, seguro, si "la cagamos" lo ven, pero también ven donde estuvimos brillantes, nos podrán comentar el fallo usando la crítica desde el amor, constructiva, pero nos recordarán y felicitarán por las partes buenas, a veces incluso las verán con mucha más claridad y detalle que nuestros ojos algo nublados por el lado oscuro. Y esque los fallos son necesarios para crecer, pero ese "ecosistema" también.
Yo seguiré cooperando con ese lado oscuro mío para que no me robe más espacio del necesario, y doy gracias a mi precioso ecosistema, aunque a veces lejos, porque sin el sería una empresa descomunal.
Un abrazo grande.
Querida Kemita, qué placer leer tu comentario.
Me encanta la conciencia que le pones a tu proceso de crecimiento personal-profesional. Veo que has llegado a un punto en el que manejas el diálogo interno de una manera muy compasiva. Es verdad que para llegar hasta ese punto hay que echarle paciencia, y sobre todo, perseverancia!
Como siempre digo, el antídoto del miedo es el amor. Al final, crear un "ecosistema relacional nutritivo" es lo que marca la diferencia y refuerza todo el trabajo personal que unx haga. Eres muy afortunada de contar con ello 🙂
Muchas gracias por compartir tu experiencia y tu precioso comentario.
Un abrazo enorme!
Muy buen artículo Cristina aportas muchos ejercicios fáciles y aplicables.
Saludos.
Hola Viviana, me alegro mucho de que te sirvan de utilidad 🙂
Gracias por tu comentario y un saludo.
gracias Cristina tus aportes son muy buenos
Gracias a ti Erika, me alegro de que te sirvan 🙂