Miedo. Miedo mezclado con rabia, frustración e inseguridad es la sensación que se apodera de muchas almas creativas cuando la faceta artística comienza a desarrollarse.
Aún recuerdo esa sensación. Tenía 8 años cuando estrené mi maillot verde. Ese día, en clase de ballet, había que representar una pieza de nuestra elección. Y la mía estaba clara desde el minuto uno: “La muerte del cisne”.
Adoraba esa pieza, era mi favorita y ese día me preparé a conciencia para bailarla delante de mis compañeras y profesora. Mientras esperaba mi turno, estaba ansiosa por compartir mi amor por esa canción a través de esos movimientos que me encantaban.
Pero de pronto, todo se torció. Una compañera salió a representar su canción justo antes que yo, y mi corazón se retorció cuando dijo que representaría “La muerte del cisne”. Sentí miedo, tristeza y rabia porque me habían quitado la pieza. Esa que tanto me gustaba y que era tan especial para mí.
Cuando me tocó bailar a mi, todas empezaron a llamarme copiona. Me sentí avergonzada, triste y rabiosa. Tanto que ese mismo día decidí que no quería volver a bailar nunca más.
Esta historia es el reflejo de la historia de muchas personas creativas cuando su faceta artística comienza a desarrollarse y que nos lleva a vivir una vida de artistas en la sombra. Hoy quiero hablarte de esto y de cómo puedes descubrir a tus monstruos de la creatividad para poder plantarles cara de una vez por todas.
¿Las personas creativas son artistas?
Si ahora mismo te pidiera que me definieras la palabra arte, ¿qué me dirías?
Para mí, el arte es una expresión. Expresamos sentimientos, ideas y valores, consiguiendo que otra persona pueda interpretar el significado de nuestro mensaje.
Esta expresión puede hacerse a través de la interpretación, la música, la escritura o la pintura. Pero también en acciones cotidianas que forman parte de las personas creativas, como pensar una manera diferente de solucionar un problema o mover los muebles de tu salón para que la vida fluya mejor en él 😉
El arte está en todas las pequeñas cosas de la vida y es por esto que tantas veces pasa desapercibido. Pero créeme: está ahí, transmitiendo su mensaje día a día.
Por desgracia, son muchas las personas artísticamente creativas que viven atrapadas en la creencia de que sus obras no son arte. Y es que se convierten en víctimas de su yo perfeccionista, un crítico cruel que se encarga de desvalorizar esas pequeñas muestras de arte que hacen cada día. Ese pequeño monstruito se alimenta de las críticas y rechazos que recibieron cuando no tenían miedo, especialmente cuando eran pequeñx.
El monstruito consigue que cada creación que ve la luz sea infravalorada, y refuerce una y otra vez las inseguridades de las personas creativas. Y es en este momento cuando nace un artista en la sombra.
De otros tipos de creatividad, como la científica, ya te contaré más en otros posts.
El artista en la sombra y los monstruos de la creatividad
La creatividad florece cuando es capaz de sentir seguridad y aceptación. Tu artista interno es como un niño que se siente feliz cuando está seguro.
Pero este es un apoyo con el que es difícil contar. Puede que ya estés haciendo cosas creativas, pero no eres capaz de considerarlas como tal.
Los monstruos de la creatividad se encargan de llenarte de inseguridades, escondidas en temblorosas preguntas que retumban una y otra vez en tu interior:
- ¿Tengo talento artístico?
- ¿Seré lo suficientemente bueno?
- ¿Le interesará a alguien lo que hago?
- ¿Merece la pena que lo haga?
La respuesta a estas preguntas suele ser la misma para casi todas las personas altamente creativas. Sea cual sea la faceta en la que desarrollen su faceta artística, las experiencias que arrastran desde su infancia se encargan de desechar cualquier buena idea.
Y es que las experiencias escolares y actividades extraescolares entre compañeros son igual de dolorosas o más que el rechazo o descontento de la familia. Como te contaba al principio de este artículo, desde la infancia llevé esa espinita clavada en la que desheché mis sueños por la opinión externa.
Podemos crecer pensando que no tenemos suficiente talento. De hecho, puede ser que a lo largo de nuestra vida sigamos alimentando esta idea con otras experiencias parecidas. Como cuando un actor abandona su idea de interpretar para estudiar una “carrera seria”, ya que necesita el apoyo de sus padres. Un cantante que dejó de componer porque su canción no llegó al corazón de su crush y terminó trabajando en un banco. O un niño con ideas creativas increíbles pero con una autoestima tan baja que dejó de lado su expresión artística porque le hicieron creer que sus creaciones no interesarían a nadie. Todos ellos no son conscientes del gran talento que albergan dentro.
Un artista en la sombra puede ser el creativo que no cree en sí mismo, pero también el artista que lleva mala vida. Y los monstruos de la creatividad están ahí, acechando para llevarte al lado oscuro, haciendo que las inseguridades consigan que se pierda la verdadera esencia creativa.
Lo que nunca nadie nos ha contado es que solo el talento no es suficiente para lograr desarrollar la creatividad y mucho menos el éxito en una carrera creativa.
Lo que realmente diferencia a alguien altamente creativo es que no solo se trata de talento, sino de una inversión de tiempo en dominar técnicas y habilidades para poder desarrollarlo. Por ejemplo, David Bowie es considerado como un genio creativo. Y sí, se dice que tenía un gran talento para la pintura, las artes plásticas y la moda pero detrás de todo esto se escondía una dedicación y trabajo que nadie ve.
El legado de Bowie va mucho más allá de todas sus obras. Nos dejó un mensaje para todas las personas altamente creativas: el arte va mucho más allá del talento. Se trata de expresar lo que llevas dentro, pero los resultados llegan cuando mezclas todo esto con trabajo y dedicación.
Por lo tanto, sí. Eres un artista y puedes usar tu poder creativo cada día. Supera el miedo, las inseguridades y deja atrás la insatisfacción que te producen las experiencias del pasado y comienza a explorar la vida desde tu propia creatividad.
Te propongo un ejercicio práctico
Busca una libreta o papel y comienza a escribir las experiencias negativas que has tenido cuando, desde niño, has mostrado al mundo sus expresiones artísticas. Sácalo todo fuera, incluso aquellas cosas que en realidad ahora te parecen que tienen poca importancia.
Después, escribe todo lo que hubieras dicho o hecho para proteger a tu niño interno, lo que podrías explicarle ahora a toda esa gente que se encargó de desmerecer lo que a ti te hacía tanta ilusión.
Y para hacerlo, nada mejor que rendirle homenaje a esta preciosa pieza. Dale al play y déjate llevar, aunque sea solo por esta vez:
Y tú, ¿eres un artista en la sombra? ¿Cuáles han sido los monstruos de tu creatividad y qué les dirías ahora?
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Buenas Cristina,
Me ha gustado mucho tu ejercicio. Me ha hecho darme cuenta de como pequeñas cosas del pasado cuando niña, han marcando mucho mi actitud artística hasta ahora.
Cometer el error de dejar de practicar por pensar no ser lo suficientemente buena.
¡¡¡Hay que ver lo que nos influyen los demás sin darnos cuenta!!!!
Gracias por el post. Me ha encantado la temática.
Un abrazo.
Hola Marta, ¡qué bueno que te haya servido!
Espero que te inspire a seguir practicando y desarrollando tu lado artístico 🙂
Muchas gracias a ti por tu comentario, ¡un abrazo grande!