¡Esta semana me lanzo al audio! Era algo que quería probar y espero que te guste escucharlo tanto como a mi grabarlo. Dale al play para saber cómo aumentar tu autoestima creando tu propio banco.
Cómo aumentar la autoestima creando tu propio banco
Sí, ya sé que te sonará un poco raro. Pero te aseguro que aumentar la autoestima y tu felicidad no tiene nada que ver con cláusulas suelo ni tarjetas black. ¡Ni siquiera se trata de dinero!
Una de las herramientas más poderosas para mantener una autoestima saludable es crear y mantener tu propio banco… Un banco de caricias.
Eing?? ¿Caricias?
Pues sí, has escuchado bien. Caricias, tanto físicas como psíquicas. De pequeños necesitamos las caricias físicas, el contacto, para crecer y desarrollarnos. Y luego cuando somos mayores, cubrimos nuestra necesidad psicológica de reconocimiento a través de las caricias psicológicas.
En un post que escribí hace algún tiempo te conté que eran las caricias y cómo pueden condicionar la manera en que te relacionas. Pero resumiendo te puedo decir que recibes reconocimiento positivo para tu salud emocional cuando recibes caricias y expresiones de amor.
El problema cuando tenemos baja la autoestima es que muchas veces no sabemos cómo pedir o aceptar esas caricias positivas, es como que nos cuesta creer que las merecemos. Por ejemplo, cuando necesitas un abrazo pero no te atreves a pedirlo o cuando te dicen lo genial que eres pero hay algo en ti que no se lo termina de creer.
También es más fácil que nos enganchemos a las caricias negativas porque cuadran con toda esa mala valoración que tenemos de nosotros mismos. Como esas veces en las que no sabes muy bien cómo alguien te echa una bronca en la que te dice de todo menos guapo y terminas creyendo que eres lo peor.
El caso es que las caricias son tan necesarias como la comida y la bebida, las necesitamos para seguir vivos y además para sentirnos conectados a otros.
Una buena manera de aumentar tu autoestima es empezar a reconocer tus logros y capacidades de modo que puedas darte autocaricias.
Pero las buenas, las que te van a valer de verdad para sentirte reconocido y valorado por lo que eres y mantener una buena autoestima son las caricias positivas incondicionales que recibes de otros. Porque además de recibirlas en el momento, también las vas a almacenar en tu memoria y son estas caricias son las que van a formar parte de tu banco de caricias.
La gran ventaja del banco de caricias es que cada cierto tiempo puedes volver a él y utilizar esa caricia que te dieron de nuevo como una autocaricia. Hay caricias que apreciamos especialmente y la podemos reutilizar tanto tiempo como queramos, pero con el tiempo las caricias pierden su eficacia y necesitamos llenar el banco con nuevas caricias.
Cómo mantener un banco de caricias
- Con autocaricias: diciéndote cosas bonitas como “eres genial” y reconociendo tus cualidades y logros. Aquí puede ayudarte pensar en lo que aportas a las personas de tu alrededor y por qué tipo de cosas te valoran.
- Pide las caricias que necesites!. Esto es importante existe la creencia generalizada de que las caricias que hay que pedir no tienen valor, pero es eso, un mito. Así que si te apetece que te den un abrazo, o necesitas que alguien te diga que te quiere, pídelo, no va a tener menos valor por ello.
- Rodéate de personas que te proporcionen caricias positivas, de gente con la que puedas tener una comunicación auténtica, con quien puedas expresar cómo te sientes, y que te acepten tal y como eres.
- No descuentes las caricias positivas que te dan menospreciándolas o quitándoles importancia, si alguien te dice lo bien que se lo pasa contigo o lo bien que haces algo o lo guapo que eres, simplemente da las gracias y acéptalo.
También te recomiendo que te atrevas a dar caricias auténticas, que no recojas caricias que te hagan daño y un último apunte: ten en cuenta que algunas veces las negativas son necesarias para aprender, como cuando alguien que te quiere te indica con cariño que te estás equivocando.
Recuerda que la autoestima tiene mucho que ver con la manera en la que has aprendido a cubrir tu necesidad psicológica de reconocimiento. Crear tu propio banco de caricias te va a servir para fortalecer el trabajo que haces sobre ti mism@ y recargar las baterías de tu autoestima a tope!
*Si quieres profundizar en el tema de las caricias, haz clic aquí.
Es curiosa la forma con la que a veces afrontamos esas caricias que recibimos. Si provienen de personas que nos quieren, les restamos valor porque pensamos que nos las dan para que no nos sintamos mal, no porque las merezcamos. Es un circulo vicioso
Tienes razón Jesús, muchas veces lo que pasa es que nos ha costado mucho recibir caricias positivas de esas personas o han sido condicionales. Vaya, que nos las daban a condición de algo. Por eso es tan importante trabajar nuestra sensación de valía por lo que SOMOS en vez de por lo que hacemos. Porque al quitarle valor a esa caricia, también de algún modo nos quitamos valor a nosotros. ¡Ya está bien de hacernos de menos!
Yo estoy segura de que las personas que te quieren te dan caricias positivas incondicionales porque las sienten de verdad, recógelas porque te las mereces!!
Muchísimas gracias por tu comentario!
La verdad es que nunca nunca las pido, porque si que me he creído ese mito del que hablas. De hecho, empiezo a pensar que soy muy "soldado" conmigo mismo, que pienso que si me las merezco, pues ya me las darán, y cuando me las dan, pues les quito hierro pensando en que puede ser engreído creérselo, o que se me puede subir a la cabeza. Pero quizá no tenga nada que ver con la humildad.
Creo que de autoestima voy bastante bien, y soy partidario de premiarme. Pero de premiarme por lo que hago, no por lo que soy, tiendo a exigirme bastante más que a premiarme.
Así que voy a probar con el banco de caricias, que del banco de tortas ya se encarga la vida solita (por suerte no tan a menudo como a muchos les pueda parecer).
Muchísimas gracias por tu artículo!
Hola Jesús
Bua, ese mito nos ha hecho tanto daño... y ocurre exactamente lo que describes, pensamos que somos unos creídos si nos permitimos pensar que valemos por lo que somos. Por eso nos focalizamos tanto en el hacer, porque en nuestra cultura el SER está poco valorado, es como si de algún modo siguiéramos cargando con ese "pecado original" y tuviéramos que sentir vergüenza de esas cualidades que nos hacen únicos y especiales. Y "haciendo" es más fácil ser reconocido que "siendo". Y por un lado está bien porque permite demostrarnos que podemos desenvolvernos y conseguir cosas, pero el peligro es que podemos caer en tanta autoexigencia que se nos vaya de las manos y nos olvidemos de lo que realmente necesitamos... Amor, contacto, aceptación incondicional.
Dale caña a ese banco de caricias, algo me dice que te va a ser muy fácil cargarlo de activos 😉 ¡Y ya me contarás!
Muchísimas gracias por tu comentario y un abrazo muy fuerte!