¿Te ha pasado que a veces te llevas genial con todo el mundo, te sientes súper reconocid@ y tienes la autoestima por las nubes?
Otras veces sin embargo parece que todo lo que recibes son críticas y te sientes fatal contigo y con el mundo.
Pues bien, esto tiene que ver con cómo te relacionas con los demás y satisfaces tu necesidad de reconocimiento social.
Como ser humano estás programado para satisfacer una serie de necesidades básicas y así asegurar tu supervivencia. La de reconocimiento social es de las más importantes y muchas de las acciones que realices durante el transcurso de tu vida van dirigidas a satisfacerla.
Cada vez que interactúas con alguien y recibes un gesto de reconocimiento por parte de esa persona, en realidad lo que recibes una caricia. Obtienes el reconocimiento que necesitas cuando recibes caricias y expresiones de amor.
Este hecho influye enormemente en la manera en que te relacionas, ya que estás programado para buscar esas caricias y así satisfacer tu necesidad de reconocimiento.
El problema viene cuando en tu manera de relacionarte hay una falta de caricias positivas. Porque no siempre que te relacionas recibes amor y positividad ¿verdad?
Cuando esta carencia se cronifica, influye directamente en tus sentimientos sobre ti y sobre el mundo y por tanto en tu autoestima. Por eso es uno de los principales aspectos que trabajo en las sesiones con mis pacientes.
De hecho, siendo yo misma paciente, la toma de conciencia sobre cómo buscaba esas caricias fue una de las claves para librarme de viejos patrones de relación que ya no me estaban funcionando y transformarlos en otros más saludables.
Así que he decidido escribir una serie de posts en los que tratar este tema y facilitarte que tú puedas hacer lo mismo.
Porque no se trata solo de supervivencia, se trata también de bienestar.
Comenzamos con el primero viendo qué son las caricias. Sigue leyendo si te interesa saber qué son las caricias, para qué sirven y cómo influyen en tu autoestima y salud emocional.
¿Qué son las caricias?
Cuando te hablo de caricias no me refiero solo al hecho físico de tocar a alguien aunque el uso de esta palabra tiene mucho que ver con ello.
Eric Berne empleó el término caricias haciendo referencia a la necesidad infantil de contacto físico y las define como la unidad básica de reconocimiento.
Una caricia psicológica es todo aquello que indica que los demás te reconocen, que se dan cuenta de tu existencia y tiene asociada una carga emocional.
Cuando creces sigues necesitando ese tipo de contacto, pero aprendes a sustituirlo por otras formas de reconocimiento, tanto verbal como no-verbal. Una sonrisa, una alabanza, una breve conversación o aunque te parezca raro, un insulto o una agresión.
TIPOS BÁSICOS DE CARICIAS
- Por un lado tenemos las caricias verbales ("hey, me alegro de verte!") y las no verbales (un saludo, una mirada o un silencio).
- Las caricias pueden ser tanto positivas (las que experimentas como agradables) como negativas (las que experimentas como dolorosas).
- También hay caricias mixtas, que parecen agradables pero en el fondo no lo son (por ejemplo: “no está mal para ser una mujer”).
- Una caricia condicional estaría relacionada con lo que haces (“¡buen trabajo!”) y una incondicional con lo que eres (“te quiero”).
Ahora es cuando estás pensando “obvio que sólo busco caricias positivas!” y aquí viene la sorpresa:
Cuando pierdes tu fuente habitual de caricias positivas o le resulta muy difícil conseguirlas, la tendencia es sustituirlas por caricias negativas.
[Tweet "Ley psicológica de caricias: es mejor obtener cualquier caricia a no obtener ninguna."]
Imagina ahora que cuando eras niñ@ era muy difícil que te dieran caricias positivas y para cubrir tu necesidad de reconocimiento tenías que "portarte mal", con la consecuencia de que las que recibías eran negativas.
Por ejemplo del tipo "eres un trasto", "qué niña más desobediente", "¿es que no eres capaz de hacer nada bien?".
De mayor lo más seguro es que repitas ese mismo patrón porque fue la manera en la que aprendiste a relacionarte. Además, esos mensajes pasan a formar parte de tu sistema de creencias y de la manera en que te valoras, por lo que van a influir enormemente en el modo en el que te relaciones con los demás y en tu sensación de valía personal.
La buena noticia es que una que te das cuenta de cuál es ese patrón, puedes cambiarlo y dirigir tus esfuerzos a conseguir las caricias positivas que necesitas.
Y si te cuesta mucho hacerlo sol@, recuerda que siempre puedes pedir ayuda a un profesional de la psicoterapia que te ayude a identificar y modificar esos patrones de relación que ya no te sirven.
Ahora quiero escucharte a ti: ¿habías pensado alguna vez en cómo satisfaces tu necesidad de reconocimiento? ¿Qué tipo de caricias recibes más a menudo y cómo afectan a tu autoestima?
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A poco que uno se pare a pensar detenidamente, es absolutamente cierto lo que plantea Cristina. Y es más fácil de observar por parte de quienes desarrollamos profesiones con contacto directo con el cliente. La mayoría de las veces se busca amparo, consuelo, tranquilidad. Gracias por la reflexión
Estoy de acuerdo Jesús, una vez que aprendemos a "mirar" que hay debajo de las demandas de los demás es más fácil identificar el tipo de caricias que buscan (y viceversa!). Muchas gracias por tu comentario 🙂